EUGENESIA AMAZÓNICA
Hace unos 3 meses conversaba con mi hermana que es doctora en medicina y trabaja en Brasil sobre las políticas de los Estados en el contexto de la pandemia y saltó un termino que podría definir con crudeza la situación: LA EUGENESIA NEGATIVA.
El término EUGENESIA viene del griego y significa algo así como “buen origen” y ha llegado a nuestros días asociado a la idea de una mejora de la población en términos biológicos, morales y culturales. Se fue poniendo de moda en el siglo XIX como parte de la teoría darwiniana de selección natural y evolución de las especies, pasando de ser un concepto a convertirse en una suerte de pseudociencia con dos vertientes marcadas: la denominada EUGENESIA POSITIVA buscando la reproducción de los sujetos más aptos en la naturaleza y la humanidad, pero también derivando en postulados oscuros expresados en tiempos del nazismo y que tendrían su referente nacional en la década de los 90 con la esterilización forzosa emprendida por el fujimorato. A esto último se le llama EUGENESIA NEGATIVA, la progresiva eliminación de aquello que no suma, que incomoda.
En nuestra región, tan golpeada por el COVID 19, creemos que hay dos intentos por aplicar la eugenesia negativa, la más notoria es la estrategia del gobierno del presidente untraderechista Jair Bolsonaro en Brasil, con su apología de la “gripecita”, el no uso de mascarillas, la reanudación de las actividades económicas y las reuniones masivas pretendiendo disminuir la población pobre de su país que tiene más de 70 mil víctimas, y principalmente la disminución de la población indígena a la que ya amenazaba desde antes de la pandemia con su apoyo incondicional al sector ruralista envuelto en problemas territoriales y masacres con numerosas víctimas en la vasta Amazonía brasileña. La última semana Bolsonaro vetó gran parte de una ley para enfrentar el coronavirus en territorios nativos, cuestionando el aseguramiento de agua potable y materiales de higiene a los pueblos originarios. El deseo final de Bolsonaro es aprovechar esta oportunidad para que el virus se expanda y elimine “naturalmente” a los “enemigos del desarrollo” como considera a la población ancestral del actual territorio brasileño. Hasta la fecha se contabilizan 495 fallecimientos y más de 14,413 infectados según datos de la Articulación de Pueblos indígenas de Brasil. No se trata entonces de racismo institucionalizado como señalan algunos analistas, va más allá de eso, es una política de exterminio revestida de pandemia.
El otro rostro de la eugenesia negativa lamentablemente ocurre en nuestro país. El exitismo de la Marca Perú y los enormes recursos destinados a publicitar nuestra afamada gastronomía, el turismo y las inversiones, desaparecen de pronto selectivamente cuando se trata de brindar asistencia de salud de emergencia en las comunidades nativas amazónicas. El presidente Martín Vizcarra -que reaccionó con relativa rapidez en comparación a los países vecinos para afrontar la pandemia- tardó casi 4 semanas para mencionar a los pueblos indígenas en sus habituales informes diarios al país. El 27 de mayo se anunció con bombos y platillos un plan de intervención de 88 millones de soles en comunidades amazónicas con riesgo de contagio, buscando beneficiar a 862 mil personas de 10 regiones. A la fecha, 12 de julio ¿cuánto de ese monto ha llegado en medicinas, implementos o atención?. La misma celeridad con que la Ministra de Economía destinó prestamos por 5 mil millones de soles para brindar liquidez a las empresas peruanas mediante REACTIVA PERÚ encontró su antípoda en la lentitud burocrática para atender la expansión del virus en comunidades nativas. No dudo de la entrega de muchos de los profesionales en la primera fila de combate, trabajando con lo mínimo disponible y jugándose la vida diariamente, sin embargo la actitud del Ministerio de Economía y Finanzas es cercana a una política de genocidio, con ojos cerrados y con una filosofía que lleva a pensar ¿acaso en la práctica no estarán dejando morir concientemente a las personas de la selva?, ¿no será que es una oportunidad grande para que desaparezcan líderes de organizaciones que se levantan contra concesiones petroleras, mineras, de carreteras, de hidrovías?, ¿no será una actitud concertada con las grandes empresas a quienes favorecen con prestamos tipo REACTIVA PERU, para desaparecer esos “perros del hortelano” ya señalizados por el suicida ex presidente García?, ¿acaso eso no tipificaría como parte de la eugenesia negativa de la que estamos hablando?.
Y esto no se trata del momento actual, viene desde hace años. Los Amahuaca del Alto Inuya estaban abandonados a su suerte infectados casi al 100% de leishmaniasis y si no fuera por la circunstancial llegada de una cámara que registró y denunció el hecho el 2017, seguramente ahora sería un pueblo diezmado. Los Nahua de Serjali, sobrevivientes de la epidemia que mató a la mitad de su pueblo a principios de los años 80, fueron contaminados masivamente por mercurio de “fuente desconocida”. Ya van mas de 4 años de esta revelación y todo sigue igual, sin identificar culpables y sin la necesaria atención. Ayer escuchamos el desgarrador testimonio del curaca José Dispupidiwa rogando por medicina y alimento, suplicando atención a los infectados con COVID. Esa ayuda no ha llegado todavía, los fondos no ha sido puestos a disposición, no hay combustible, medicinas, personal de salud, no hay botes disponibles, el tiempo pasa y el 23 de junio se informó que el monto inicial de 88 millones se reduciría a 74 millones quinientos mil.
Julio trajo una avalancha de información sobre los casos detectados en territorio awajún en Amazonas y el lamentable fallecimiento de líderes históricos como Santiago Manuin, que sobrevivió a graves heridas en el Baguazo del 2009, pero no pudo resistir el avance del COVID ni la desatención del Estado. Y no se trata de un tema nuevo. Son décadas de reclamo ante el desabastecimiento de medicinas y falta de personal de salud, sin embargo la bonanza económica no se reflejó en mejoras concretas: ¿de qué sirve una posta o establecimiento de salud de material noble si no cuenta con personal permanente o si está desabastecido de medicinas?. El territorio awajún es atravesado por el oleducto nor peruano, tiene estaciones de bombeo de petróleo y algunas importantes concesiones mineras en el Santiago y el Cenepa, ¿eso les ha traído un real beneficio en la situación de salud?, pues todo lo contrario. La presencia de la Mina Afrodita y el recorte territorial del propuesto Parque Nacional Ichigkat Muja, perjudicando zonas muy respetadas como el cerro Kumpanam, ya trajo numerosos conflictos con el Estado y la empresa concesionaria. Por otro lado, las numerosas roturas de tuberías y derrames de petróleo mantienen la zona en contínua tensión, más aún por tantos años de procesos legales por los trágicos sucesos del 5 de junio del 2009 donde murieron nativos y policias. Una agresión sistemática amparada por las leyes peruanas y reafirmada por la lentitud vigente frete a la pandemia, ¿se buscará algo a largo plazo con el pueblo awajún?, ¿son coincidencias o daños colaterales casuales?. No necesitamos ser muy conspirativos para pensar nuevamente en la eugenesia negativa de la cual hablamos al inicio, pareciese una política fáctica de lento exterminio.
Este 13 de julio las federaciones representativas awajún publicaron la DECLARATORIA DE MOVILIZACIÓN INDEFINIDA Y ACCIONES DE DEFENSA, CONTROL TERRITORIAL EN LOTES PETROLEROS Y CUENCAS. Seguramente no tardarán en aparecer los que califican de terroristas y delincuentes a los nativos que participen de estas acciones. Luego de leer los casos señalados seguramente muchos pensarán que es algo justo y que más bien demoraron demasiado en reaccionar. Luego de tantos años de abuso considero que son medidas de legítima defensa, seguramente el Estado reaccionará acelerando la atención en salud, proporcionando medicina y oxigeno por algunos semanas. Luego todo regresará a la normalidad extractiva, contaminante, concesionante y la desatención de siempre. La EUGENESIA AMAZÓNICA es un hecho, este proceso de ceguera y olvido para eliminar aquello que no suma a la visión de crecimiento y desarrollo de los poderes fácticos y las políticas vigentes comandadas desde el Ministerio de Economía que no sirve a la mayoría de los peruanos. La pandemia es la perfecta excusa para desaparecer a los habitantes de la selva y ocurre frente a nuestros ojos. Se firmarán tratados, acuerdos y leyes que no se cumplirán porque en su momento no se han cumplido. Estemos atentos y ya no roguemos, ya no pidamos, EXIJAMOS atención inmediata a las vidas en peligro que en remotas comunidades y al pie de los ríos aprenden y sienten que ser peruanos ya no vale la pena.
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