Q'EROS 2018...fin del RODAJE



                             

"Verónica tiene piernas de taruca, ojos de taruca, ella va a poder encontrarlo" nos dice la señora de Collpacucho, uno de los anexos de la Nación Q'eros, escenario donde un dron rojo se perdió ante una sorpresiva ráfaga helada que seguramente impulsó la pequeña nave hasta las faldas del Apu Kawiñayoq.


Las pocas imágenes que faltaban para terminar los 8 años de filmación del documental Q'EROS NUESTRA VIDA NUESTRA HERENCIA se alejaban nuevamente de las manos, quizás por el apuro de los pocos minutos de sol disponible que impidió hacer con calma nuestro tributo de hojitas de coca hacia las montañas tutelares, quizás por creernos suficientemente expertos para desafiar las repentinas ráfagas de viento y bajas temperaturas que vencieron finalmente las frágiles hélices y la batería de nuestro dron, tan canchero en la selva.

Durante varios meses estuvimos preparando este viaje relámpago bajo la premisa del minimalismo: pocos equipos, poca ropa, pocos días, en sincronía con nuestro presupuesto. Ensayamos todo: las imágenes a registrar (tomas aéreas de un par de puntos específicos), nuestros desplazamientos en auto desde Lima, los caballos especiales para subir el abra al lado del Apu Huamanlipa, las horas de rodaje, etc. Conocíamos la zona y la gente, pero en estos lejanos parajes de la Nación Q'eros las cosas son cambiantes, más aun con la llegada de la carretera. En nuestra primera visita (por el 2010) la trocha llegaba hasta Pampa Ccasa a 4400msnm., de allí debías bajar hasta Chuwa Chuwa, luego una horas hasta Hatun Q'eros y de allí elegir empinados senderos que por la derecha te llevan a Challmachimpana y Cochamocco y por la izquierda una ruta mucho más larga hacia Munay Tika y Collpacucho. Fuimos testigos de las transformaciones geográficas y el desplazamiento de los pobladores por la presencia de una carretera anhelada que supuestamente les traería mejoras, sin embargo esto es discutible, sobre todo cuando vemos que laderas donde crecían hermosas plantas medicinales fueron arrasadas y que ahora los caballos fueron reemplazados con motos que descansan al lado del camino.

Precisamente este tema de los caballos nos trajo un dolor de cabeza: por la falta de comida y al no ser tan indispensables, los llevan a pastar a lugares bastante alejados; a nuestra llegada no teníamos un solo caballo a disposición, tuvimos que reducir más nuestros equipos, ropa y comida, conseguir porteadores gracias a nuestra protagonista, Martina, que se estrenaba como productora de campo. El cruce del abra lo haríamos a pie, enfrentando el frío lacerante que nos obligó a abrigarnos más de lo habitual. Nuestra mentalización sobre esta subida (ya experimentada el 2016) fue de alguna manera positiva...el monstruo no era tan empinado ni tan largo, se pudo hacer toda la ruta de Cochamocco a Collpacucho en menos de tres horas. Llegamos a nuestro frío destino ciertamente maleteados pero contentos.

Las 5 am., pasar la noche bajo el abrigo de la casa de la señora Sonia fué un privilegio, pero también una tortura ya que se duerme cerca al fogón y la forma de la cocina impide salir el humo, asfixiando y cegando a las personas del interior...hablamos bastante con ella acerca de las cocinas mejoradas que a base de pequeños cambios con materiales locales ayudan a evitar las molestias respiratorias y a los ojos, es un tema complicado porque las culturas locales han desarrollado formas de sobrevivir en estos entornos y las novedades podrían ser vistas con rechazo, sin embargo el Q'eros del 2018 es diferente al que encontró Don Oscar Nuñez del Prado en su expedición científica de los años 50. Ahora los jóvenes visten el unku solo en fechas especiales y salen a trabajar el oro a minas como La Rinconada o a Madre de Dios, ha sido común escuchar sobre las nuevas enfermedades que aparecen en las parejas jóvenes, algo que desvía la atención de la tradicional mirada espiritual y mística de Q'eros, donde la complejidad y riqueza del pensamiento andino entra en confrontación con la economía monetaria, dilema que ha llevado a numerosos sabios y curanderos a pasar más tiempo viajando para atender las necesidades místicas y espirituales de turistas que pagan en dolares. Q'eros hace rato dejó de ser una isla.

El tema central de nuestro documental es el empleo de algunas plantas medicinales y terapias para el tratamiento de las enfermedades, pero más allá de la rica biodiversidad no filmada antes -que de por si considero un aporte para conocer más sobre Q'eros - también era necesario sentir y vivir la experiencia de subir hasta las elevadas zonas donde se desplazan para pastear sus alpacas y recoger las plantas medicinales que necesitan. En los anteriores viajes fuimos privilegiados partícipes de momentos sublimes, como recorrer laderas de piedras afiladas que podían esconder una y muchas variedades de plantas, cuyos frutos y raíces se recogieron con ternura y respeto. Lo vivimos y los sentimos. Por esa misma razón nos parecía importante resaltar más la fuerza de las montañas, sus formas, su altura, su imponencia que las lleva a ser consideradas Apus, a quienes se pide y agradece antes y despues de las actividades cotidianas; en esta perspectiva el uso del dron estaba plenamente justificada y era el objetivo de este viaje.

Ni la preparación, ni el cuidado, ni la experiencia nos libró del mal rato de perder el aparatejo. Hermosa la solidaridad de todos organizando la busqueda del "avioncito rojo" en la zona de la caída. Ver a Alex recorriendo cumbres, a señoras buscando por sus zonas especiales, a cada uno dar pistas sobre dónde podía estar durante un dia completo de incesante búsqueda. La depre se transformó en compromiso: ¿llegar hasta aquí para no cumplir el objetivo?.

Contra nuestro sano juicio -como diría Herzog - decidímos regresar al Cusco zurrándonos del presupuesto, del tiempo y nuestro propio cansancio. Las variables ahora serían mas numerosas: no tendríamos a nuestra productora de campo debido a sus compromisos, no sabíamos si encontraríamos un dron apropiado, era un albur encontrar buen clima para filmar y finalmente encontrar en Collpacucho los dos caballos fuertes que nos prometió un joven entusiasmado con el documental. En la ciudad conseguimos lo necesario gracias a los amigos (Pedrito y Jonathan) y emprendimos el retorno. Manejamos toda la noche desde Cusco, pasando por Paucartambo, Pampa Ccassa, Challmachimpana...el amanecer claro y con estrellas indicaba un excelente clima tras el abra de Minas Ccassa. En Cochamocco, nuestra vista escaneaba con angustia si nuestro amigo cumplió su palabra y tenía listos los caballos. Cuando los vimos ensillados supimos que ese sería un gran día.

Organizamos todo rápidamente, la ventana de luz y vientos amables durarían una hora aproximadamente, los caballos nos transportarían una parte del ascenso al abra, solo una parte porque con nuestro peso tropical-andino los caballos tambien pueden morir de soroche (la VETA como decía mi querido tío Popy de Llaclla). Todo fué rápido, la coca, el permiso y la filmación en Collpacucho... tuvimos exactamente una hora de buen clima, tras lo cual las nubes cerraron con su frio telón blanco toda la majestuosa cordillera haciendo el fade out de este rodaje.

El Dron no se encontró, las poderosas piernas y ojos de Verónica no fueron suficientes...Don Santos Machacca leyó la coca y dice que se encontrará pero despues, no ahora...Doña Sebastiana pidió los lentes de sol de Alex para poder pastear sus alpacas en las alturas nevadas que la ciegan...las naranjas que llevamos desde Ica fueron el más sano y delicioso resucitante que hayamos probado nunca...en fin, punto final a este rodaje, una mancha más al otorongo, solo podemos decir que en poco tiempo podremos compartir con Ustedes Q'EROS, NUESTRA VIDA NUESTRA HERENCIA.












































El video de este viaje lo puedes ver en el siguiente link:




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