¿CAUCHO Y CINE AMAZÓNICO?




"Si tomas fotos entonces puedes filmar, ¿no quieres  recibir unas clases en Francia?", algo así debe haberle dicho el "Barón del Caucho" Julio César Arana al portugués  Silvino Santos, mientras lo convencía para emprender el gran viaje  que lo convertiría en el primer cineasta amazónico.

Era 1912, Manaus e Iquitos florecían gracias a la extracción desenfrenada de las gomas amazónicas, aún a costa de la vida de miles trabajadores esclavos que extrajeron el caucho para satisfacer la demanda. En Loreto el riojano Arana ya era tristemente famoso por las denuncias de asesinatos en los bosques cercanos al Putumayo y Caquetá, a tal punto que la Corona Británica envió al diplomático Roger Casement a investigar los sucesos que envolvían a súbditos y capitales británicos.  La empresa de Arana tenía su sede en Lóndres.

Para lavar su imagen, Julio César Arana se aventuró en un campo nuevo para el Perú y para la Amazonía: emplear al cine para dar "su versión" de lo que realmente ocurría en las zonas de extracción de caucho y con tal fin llamó a Silvino Santos - por esos tiempos conocido fotógrafo de los prósperos caucheros- y le pagó un viaje a los estudios de la fábrica Pathé en París, donde aprendió el arte de la filmación, además compró una cámara y miles de metros de película especialmente preparada para filmar en zonas tropicales.


Silvino viajó al Putumayo acompañado de Juanita Shermuly, su jóven esposa y -a la vez- protegida de Arana; allí, en medio de indígenas Huitoto, Bora, Andoque y Ocaina, logró fotografiar y filmar un aparente estado de bienestar matizado con fiestas y bailes masivos que duraron varios días, ¿cómo sospechar lo que ocurría más adentro en esas vastas selvas a la que Silvino Santos no tuvo acceso?. Luego de un par de meses, las imágenes se enviaron hacia Europa, pero el cauchero propone y la guerra se impone: en medio del oceano Atlántico un submarino Alemán torpedeó el barco con la película y  nadie la pudo ver: la Primera Guerra Mundial acababa de empezar y terminaba con los sueños de lavar la cara de uno de los personajes más controvertidos de la historia Amazónica. Silvino pudo rescatar algunos trozos de película que luego cobraron notoriedad durante el conflicto peruano-colombiano. Lejos de Arana, Silvino Santos se hizo de un nombre en la historia cinematográfica brasileña, pero años despues cayó en el olvido; falleció en Manaus el año 1970.



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